21 jul 2013

Hablemos de grandeza

En 'el sur' se entiende que está profunda en injustamente extendida la idea en 'el norte' de que éste es un pueblo algo vividor, irresponsable (que no supo ahorrar) y no sé cuántas barbaridades más. Probablemente haya tales irreverentes e intolerables pensamientos e idealizaciones en casos puntuales, pero debemos negarnos a pensar en que esto es una generalidad. Porque admitir que esto es lo que piensan en el norte de, por poner un claro ejemplo de sur, Andalucía, significa que no conocen nada de esta mágica tierra.

No trata esta historia de menospreciar a los muy válidos e iguales pueblos nórdicos, sino de ejemplarizar, exponiendo los valores de una rebajada y claramente diferenciada (en lo económico) región sureuropea.

El sur sufre un paro endémico que nada tiene que ver con su espíritu trabajador y luchador. El sur sufre, además, el estigma de una falta de adaptación al liberalismo imperante. El sur sabe (y mucho) de números, pero sabe mucho más de pasión, de arte y de vida. Sabe de gente, de sol y de tierra. El sur sabe de trabajar con aspereza, de sudor, de jornales, de tierras y mar.

¿Dónde si no podría haber nacido un genio como Federico García Lorca? Un granadino incomparable. El poeta y dramaturgo que atenaza los corazones. El hombre que vivirá eternamente a pesar de que fue vilmente fusilado. Hay muchas lágrimas que llevan su firma; e incluso hay distinguidos renglones en su honor. Precisamente los de un talento sevillano, Antonio Machado, que rezaba a su muerte en el conocido: "El crimen fue en Granada: a Federico García Lorca".
Podemos quedarnos en la extensa y rica geografía andaluza y toparnos con una personalidad que descansa en eternas imágenes, el malagueño Pablo Picasso, uno de los más prolíficos, internacionales e influyentes artistas del siglo XX.
Definitivamente nos quedaremos en Andalucía, y disfrutaremos de la música, del flamenco, del prestigioso maestro de la guitarra Paco de Lucía.

En el sur se superará esta etapa de crispación y profundo malestar. El sur se sobrepondrá a todo esto que le ocurre a la clase trabajadora a causa de las malas decisiones de otras personas y de la desindustrialización general en España. Y cuando todo esto pase, ahí seguirán la Mezquita de Córdoba (antaño una de las ciudades más influyentes en lo cultural, político y económico), la Alhambra de Granada, la Giralda, la Torre del Oro, Medina Azahara, la Alcazaba, las letras, el grandioso litoral, la pasión flamenca y el cante jondo, la Alpujarra y su jamón, el estilo de vida, el aceite de oliva de Jaén, el Jerez, el agua de Lanjarón... y tantos y tantos motivos para sentir un profundo orgullo y fascinación por el sur.

Cuando este triste periodo se largue no hará falta incentivar y promocionar marcas. Porque el sur habla, se respira, siente y se escucha diferente.



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